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miércoles, enero 30, 2008

Diez años sin Alberto y Ascensión.







Recuerdo aquel día, aquellos momentos.....

Estaba estudiando, se me acercaban los exámenes del primer parcial. Quizá mala o quizá buena la costumbre que siempre he tenido, escuchar la radio mientras estudiaba. Y en unos de los voletines horario, me sorprendió la noticia, la fatídica noticia de que unas alimañas habían puesto fin a la vida de unos jovenes sevillanos, Alberto y Ascensión, estaban casados, tenían tres hijos. Habían cometido el pecado de creer en la libertad, y de trabajar por y para ella. Ese "pecado" requiere un gran castigo según aquellos que creen el la libertad de sólo unos pocos.

Fueron etarras, vivieron en la calle José Laguillo mientras vivieron en Sevilla para preparar su "gran logro", dar muerte a dos jovenes sevillanos. Lo hicieron en nombre de la "libertad del pueblo vasco". ¿La libertad del pueblo vasco? ¿Pero no son ellos mismos los que impiden que en aquella bendita tierra no se pueda vivir en paz y libertad?
¿No son ellos los mismos que han provocado que cientos de miles de vascos hayan tenido que salir de su tierra? ¿No son ellos los mismos que liquidan en las provincias vascongadas a todo aquel que no piense de forma tan erronea como ellos? Pues esos mismos perros son los que dicen luchar por la libertad del pueblo vasco.






Dos jovenes sevillanos, dos personas de bien. Es cierto que recordandolos, entiendes por qué el gobierno actual, que preside José Luis RodrígueZ, ha maltratado, humillado, insultado y "escupido en la cara" a las victimas del terrorismo. Alberto y Ascensión eran un matrimonio con tres hijos, católicos, trabajadores, habían conseguido sus logros gracias a sus esfuerzos, no eran de izquierdas, ni demagogos, ni acomplejados de su forma de pensar, sentían a España como su patria, conocían los significados de las palabras lealtad, honor, responsabilidad y entrega. Es decir, tenían todo para ser personas no gratas a este gobierno de división que dirije los destinos de España.






Han pasado diez años y todavía me quedo frío cuando paso por la calle Don Remondo. Sé que al alcalde eso no le pasa, porque si así fuera, no hubiera consentido la sinvergonzonería de la esquela que el consistorio ha publicado hoy, "Aberto y Ascensión, muertos por atentado", no es literalmente así, pero lo del atentado sí. No Señor alcalde, fueron asesinados por Euskadi Ta Askatasuna, por E.T.A. ¿Por qué no la nombrais? Que el pueblo sevillano conozca la cobardía de su "alcalde astronauta". Alcalde, no0 puedo llamarle señor, usted no lo es, usted es un cobarde y un traidor, ha traicionado la memoria de dos sevillanos que fueron asesinados por haber cometido el "delito" de creer en España y trabajar por ella desde Sevilla. Espero que nunca le pase a usted, ni a ninguno de sus hijos, pero pongase en el lugar de esa familia, porque hasta hoy usted nunca se ha puesto.

Descansen siempre en Paz Alberto y Ascensión.

1 comentario:

Natalia Pastor dijo...

Lo de alcalde no tiene nombre.Hay que tener la car de cemento aramado, o ser un auténtico sirvengüenza, para ahora,justo en el momento electoral, posicionarse junto a ala familai Becerril,cuando la humillado negándole la aplabra en anteriores celebraciones, y posicionándose a favor del asesino múltiple De Juana, precisamente,quien brindó con champán y langostinos por las lágrimas de los niños.