Mientras los aficionados, y los no tan aficionados, nos regodeamos en el buen hacer de la "Ñ", la selección española de baloncesto. Existe un pueblo en Guipuzcoa que no vive en libertad. Este pueblo es Lizarza, en él sólo se presentó la candidatura del Partido Popular en las pasadas elecciones municipales. Como es obvio, la totalidad de los ediles del municipio son del P.P.
La alcaldesa se llama Regina Otaola, como verán su apellido es vasco, y ella así se siente. Tan sumamente vasca se siente que es tan vasca como española, porque lo primero no puede ser sin lo segundo. Bueno, puede ser en mentes de "pocos megas de ram". Recuerden que la teoría del nacionalismo vasco nace de una mentira usada como pataleta, por la derogación de los fueros vascos en el S.XIX. No sólo eso, sino que Sabino Arana, creador de la teoría del nacionalismo vasco, se pronunció antes de morir de manera contraria a lo que él mismo había predicado, reconociendo la más que probada y lógica españolidad de las provincias vascongadas. Pues precisamente sus seguidores, ahora dicen que Sabino al final no regía bien. Yo, humildemente discrepo, creo que cuando no regía bien fue cuando soltó aquella cantidad de patrañas e invenciones, que nunca pudo probar ni él, ni nadie, claro.
Pues la pasada semana, eran las fiestas de Lizarza. Momento de exparcimiento y diversión, en teoría, pues no. Momento de máxima tensión, gracias a la existencia de perros con apariencia de personas, y a la manga ancha del gobierno de España con el cumplimiento de sus leyes. Se tuvieron que comprar enseñas y mástiles, pues no había de nada. Y Regina izó la bandera nacional, la autonómica y la del municipio. Mientras izaban las banderas, algunos perros rabiosos se congregaron ante el Ayuntamiento, para increpar y amenazar a todos los ediles, pero en especial a ella, a esa mujer de valor envidiable, a Regina. Al día siguiente, habían tapado la insignia nacional con la bandera autonómica, estos perros ignorantes......
El acto central de las fiestas de Lizarza es una función religiosa en la Parroquia del municipio. Los ediles se encaminaron al templo para asistir a tal evento. Y Regina a la cabeza. La injuriaron, la insultaron como sólo se insulta a alguien que te ha hecho mucho daño, y Regina se lo ha hecho a esos perros. Y aguantaron aquella cascada de improperios todos los asistentes al acto. Ya antes, los cobardes estos, habían amenazado a los vecinos, ya saben ustedes, que para los desviados estos la libertad es ...... todo lo contrario a lo que desean.
Pero a pesar de todo esto, Regina dice que no ha dudado nunca que se iba a quedar en Lizarza. Que ella no está haciendo nada malo.
No sólo no estás haciendo nada malo, sino que todos deberíamos tener un poquito de ti. Ese valor que otra mujer española abanderara representando a muchas, Agustina de Aragón. Y hoy como entonces es una mujer española la que nos hace sentirnos orgullosos de llamarnos de esta patría.
Por Lizarza, por Vascongadas y por Regina. ¡VIVA ESPAÑA!
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